INDECISIÓN
Expectante se eleva el deseo impetuoso
por encima de sutiles compromisos,
escalando ignorados permisos,
olvidando el respeto y el tono decoroso,
considerando durante todo un segundo
que hoy son absurdas las represiones,
que no ha de ponerse freno a las pasiones
aún cuando enojen al resto del mundo;
pasa el segundo, presuroso en exceso,
y acude la cordura y el rubor a las mejillas,
al mirarte a los ojos ya no son tan sencillas
las palabras pensadas ni el deseado beso;
se deshace en llanto el anhelo,
el silencio amordaza el sentimiento
y se pierde en sordo lamento
lo que la mente imaginó pedazo de cielo;
la sonrisa deviene marchita,
la lluvia golpea en mi ventana,
miro a lo lejos esperando el mañana
con el alma ausente y contrita,
los fantasmas del presente
amenazan el futuro,
siento que es demasiado duro
permanecer indiferente...
Silencio.
Chus
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