ENSOÑACIONES
La luna era un reflejo
de perla nacarada,
el mar era un espejo
igual que tu mirada,
la noche transcurría
entre brisa perfumada,
el alma se estremecía
como carne enamorada;
y entre sueños y sonrisas,
entre caricias y besos
nos amábamos sin prisas,
apasionados posesos,
conectados piel con piel,
el uno del otro presos,
degustábamos la miel
como dos niños traviesos.
Cuando llegó la alborada
nos sorprendió ya dormidos
en diferente almohada
pero aún así unidos,
Tú soñabas en tu cama,
yo imaginaba en mi lecho,
un caballero y su dama
bajo distinto techo.
Se apagó la luna,
amaneció el hielo,
aurora inoportuna,
recuerdos del cielo...
beso silencio y sonrisa.
Chus.
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