AL CAER LA TARDE
Un día cualquiera, al caer de la tarde,
cuando el sol cede paso a la luna
y hace la luz su postrero alarde,
cuando el viento mece la cuna
del último rayo en el ocaso que arde;
Un atardecer sin fecha precisa,
cuando el alma te pida ternura,
cuando necesites un beso sin prisa
y una charla trivial sin premura,
una caricia, un silencio, una sonrisa;
cualquier puesta de sol que prefieras
miraré al fondo de tus pupilas,
cantaremos la canción que tu quieras,
te regalaré mi aroma de lilas
y soñaremos viejas primaveras.
Cuando llegue la noche y esté yo sola
soñaré con ese ocaso bendito,
me dejaré llevar como una ola
por ese sueño infinito
y escucharé tu voz en mi caracola...
Beso silencio y sonrisa.
Chus.
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